En la puerta, una gran pancarta:
“Cena de Gala. Sala de actos principal”
Veía llegar a más personas. No reconocía a nadie. Era normal, esa noche todo el mundo iba muy arreglado. Los hombres con smoking y las mujeres con bellos vestidos largos. Tragó saliva y decidió entrar seguido de un grupo de cinco personas. No advirtieron su presencia, sería mejor, quería pasar lo más desapercibida posible. Aquella noche tan sólo tenía un propósito y era el conocer a aquel joven apuesto. Al entrar le tomaron nota de su nombre. Todo el mundo pasaba por aquella mesa. La sala de actos estaba totalmente cambiada. Las butacas habían desaparecido dejando paso a una gran moqueta de color turquesa. Era completamente distinto, luces de discoteca, enormes mesas redondas donde en cada una ponía un nombre. Eso fue una sorpresa para ella. Tendría que compartir mesa con un grupo de gente… Como en las bodas. ¿Qué diría? ¿Con quién la habrían puesto? De tanto tragar saliva esta se le había acabado. “Hay que mirarse en el panel” Fue a mirar el número de su mesa. Era imposible saber a cual pertenecía. Había más de 100. Así que cuando vio un hueco se pudo meter. Los nombres estaban por orden alfabético y a cada uno le asignaron un número. Ella no constaba en la lista. Le recorrió un escalofrío por el cuerpo. Sus ojos empezaron a humedecerse. Cómo había podido imaginar que a ella la incluyeran en la gala. No pertenecía a ningún departamento, era simplemente la recepcionista. Miró a los que le hicieron corrillo. Unos se alegraban porque les había tocado con la rubia del despacho de enfrente y otros se maldecían porque siempre le tocaba con el pesado de turno. Miró alrededor, no conocía a nadie. Cómo pudo imaginar que ella formaba parte de esa empresa. Si ni siquiera aquel joven apuesto, en más de cinco años había pasado de abrirle la puerta cada mañana. ¿Por qué se sentía tan estúpida, ridícula? Bajó la cabeza y empezó a abrirse paso. No tuvo problema, parecía invisible, nadie se percató de que emprendía la huída.
Cruzó el pasillo alargado hacia la puerta después de haber recogido su abrigo. Aún no lo habían colgado en el largo perchero. Aquellos ojos marrones ya empezaron a derramar un hilo húmedo hacia el párpado derecho. Entonces, al abrirse la puerta, se encontró de frente con un cuerpo que portaba un traje negro, y camisa blanca con una pajarita atada al cuello. Le dio pudor alzar la mirada, sus mejillas delataban que algo no estaba bien, le daba vergüenza mostrarse así. No encajaba en aquel lugar:
- ¿Tan mala es la fiesta? – Carol no quería conversación. Así que no respondió y se apartó para poder seguir su camino hacia la puerta. – ¿Dónde vas?
- Me marcho. No me encuentro bien.
- No deberías de hacer eso. – La voz masculina sonó sería, con tono desesperado. A Carol no le empezó a sonar aquella tímida voz “Permítame” o un “hoy parece que hace buen día” Pensó que no podía pasarle cosas peores. No quería que la viera en aquella situación, triste.
- ¿Por qué no debería marchar? – Sus ojos se secaron de golpe. ¿De dónde había sacado ella esa pregunta? ¿Cómo había podido tener el valor?
- Porque entonces esta fiesta no sería nada sin ti…. – A Carol, aún de espaldas a Javier, se le escapó un disimulado suspiro. Se secó con la mano suavemente las lágrimas, con cuidado de no desmaquillarse y dispuso a girarse… Era hermoso. Su cabello corto y negro le quedaba perfectamente con sus ojos celestes. Nunca había sabido, en todo aquel tiempo, de qué color eran. Ni siquiera se los había imaginado. Javier le alcanzó la mano y ésta se la devolvió.
- Pasemos adentro… Nos están esperando…
El director le dio la enhorabuena a Javier, por aquella idea tan genial. Había hecho una especie de anuncio de fin de año. Los clientes también asistieron, con sorpresa. Había cámaras por todas partes. Javier había ideado un anuncio patrocinando el producto del cliente. A éstos les encantó que la gente, sin saber que aquellos productos y bebidas que degustaban eran creación de aquellos clientes, disfrutaran, elogiaran, degustaran tan contentos y alegres. Javier les demostró que sus productos eran buenos y por otra parte les propuso una campaña publicitaria digna de las fechas que emitirían las cadenas autonómicas por un precio de risa. Pero Javier no hizo todo aquello para ganarse a aquellas personas ni la confianza de su jefe, sino, para poder conocer a esa mujer que tanto tiempo había soñado.
Hablaron de cosas que no venían a cuento. De la fiesta, las luces, la comida, la idea que había tenido. La música de discoteca, donde todo el mundo bailaba alegremente, al finalizar la noche, a eso de las 00:00h paró de repente. Javier y Carol no se habían despegado ni un momento y en ese instante una canción de navidad, entre balada y campanillas, cantada en inglés, les propuso acercarse un poco más, en un baile cuerpo a cuerpo. Carol radiaba felicidad y Javier se sentía bastante afortunado. Por fin pudo tocar aquel cabello negro que después de tanto tiempo imaginando, al final pudo confirmar que era sedoso. Carol, por su parte, pudo apreciar mejor aquel perfume, tocar su hombro, rozarlo. Alzó la mirada y la clavó en los de Javier. Sobraban las palabras… Estaban enamorados… Por eso…, se besaron… Entre luces de colores, música romántica, previo a navidad, en un lugar mágico… Como tanto habían soñado… Al final, después de tanto tiempo, supieron que cuando los caminos se tienen que cruzar, tarde o temprano lo harán…
También es cierto que toman un color triste cuando echamos la vista atrás y vemos que en nuestras mesas falta alguien. Es duro asimilar una pérdida, pero debemos de ser fuertes y saber que mientras viva en nuestros corazones esa llama nunca se apagará.
Quería nombrar hoy a dos personas que han formado parte de nuestro día a día en este mundo tan cariñoso y amable de blogs de cocina y que por desgracia nos han dejado este año. Sus pérdidas ha sido un duro golpe para todo el mundo que compartíamos comentarios con ellas. Gladys “Cibercuoca” y Somaral “Una pin up en la cocina”
Algunos mantenían más amistad que otros pero seguro que la gran mayoría ha pasado por sus cocinas más de una vez.
Desde aquí, darles mi más sincero cariño a sus familias y un fuerte beso para ellas dos, donde estén, y que sepan que se les echa mucho de menos en sus blogs pero que gracias a estas nuevas tecnologías siempre estarán ahí, entre nosotros.
Un abrazo para todos y a disfrutar como cada uno quiera de estos días…
Ahora, bien, así como los regalos no faltan en Navidad, tampoco puede faltar todo un clásico en las mesas para estas fechas.........el tronco de Navidad. Pero como somos algo inquietos lo hemos hecho con colorido y no de chocolate como estamos acostumbrados. Ya viereis que vistozo además de rico queda este pastel.
Ingredientes para la plancha de bizcocho:
-100 gr de harina simple
-100 gr. de azúcar
- 4 huevos medianos
Preparación de la plancha:
Batimos los huevos hasta que crezcan, le añadimos el azúcar y continuamos batiendo hasta que incremente el volumen. Quitamos las varillas y vamos añadiendo la harina poco a poco para que la masa no se baje. Ponemos papel vegetal en una bandeja de horno y vertemos la mezcla anterior extendiéndola bien. Lo introducimos al horno precalentado a 200º durante 10 minutos.
Una vez hecha la plancha la sacamos, la despegamos del papel con cuidado, le damos la vuelta y bañamos el bizcocho con un almíbar ligero hecho con agua, azúcar, canela y un chorrito de licor.
Ingredientes para el relleno:
- 150 gr. de chocolate negro
- 1 copita de licor de almendras
- 250 ml. de nata para montar.
Preparación del relleno:
En un recipiente al baño maría se pone el chocolate troceado con el licor y se deja deshacer completamente. Dejamos templar.
Montamos la nata y añadirmos el chocolate casi frío, con movimientos envolventes. Esta meza es mejor prepararla de un día para otro. Dejamos enfriar.
Ingredientes para la cobertura:
- 250ml. de nata
- 1 cucharada de azúcar glasé
- unas gotitas de esencia de vainilla
- fruta escarchada, confitada............
Montaje del tronco:
Extendemos la crema encima del bizcocho y vamos enrollando con cuidado. Una vez este el rollo hecho cortamos dos trozos que ponemos a ambos lados. Bañamos toda la superficie con la nata y decoramos con la fruta. y con un poco de chocolate del relleno.
Ummmmmmm creo que no se nos olvida nada.............. A que no parece difícil y queda muy bonito. Pero el sabor es más rico todavía.

“Gran cena de gala la noche del 23 de diciembre. Se obliga a todos los empleados del edificio, sea cual sea su puesto, a presentarse. Hay que venir de etiqueta. Se anotarán en la entrada los nombres. Quien no asista, se tomarán medidas.
Dirección”
Carol no daba crédito a lo que leía. En tantos años trabajando allí jamás había asistido a una cena, fiesta o acontecimiento social. No era partícipe de ir a esos eventos ya que no conocía a nadie, jamás hizo amistades. Entendió el revuelo del pasillo, y más que una risa, se le vino el mundo encima… “Hay que venir de etiqueta” Además, tenía que comprarse ropa nueva. Apenas faltaban dos días…
Esa mañana los pasillos eran un caos. La gente iba con prisas a todas partes. Cuchicheos por un lado, gritos por otro. Era como si nadie supiera qué pasaba, ni el mismo director, pues después de oírle gritar vio cómo entró en el despacho que le separaban 20 pasos… ¿Tendría algo que ver su “amado”?
Se preocupó. El Sr. Martín jamás había pasado por esos pasillos. Los altos cargos tenían su propia entrada. Después de bajarse de su mercedes con chófer entraban por la puerta grande y el ascensor les dejaba justo en sus despachos. Algo muy grave había ocurrido para que pisara las alfombras humildes a paso fuerte y decidido.
No atendió el teléfono durante el tiempo que estuvo el Sr. Martín por allí. Tan sólo cuando le vio salir del despacho de Javier se calmó. Éste le puso la mano en el hombro y le dijo que no se preocupara, que todo iba a salir bien. Carol agachó la mirada, tecleó con la pantalla apagada y cuando le perdió de vista volvió a relajarse. En todos esos años no había vivido nunca una situación similar. Alzó la mirada hacia la puerta del despacho de Javier. Sus mejillas se ruborizaron cuando notó que éste la observaba. Quiso apartar su mirada disimuladamente hacia otro punto, pero no pudo. Aquel joven apuesto la hipnotizó, no podía apartarse ni un segundo, es más, no quería. Javier le sonrió y ella se la devolvió.
Aquella mañana todo era un caos, pero a partir de aquel momento, nada le importó. Miró otra vez la notificación y en lo único que pensaba era en qué se iba a poner en aquella caótica cena de gala…
Al levantarse y venirle dicho pensamiento a la cabeza miró por la ventana. Aquella chica de larga cabellera aún seguía en su mesa. No le quitaba el ojo al monitor, tal vez tuviera mucho trabajo, como él. Esa mañana la vio entrar por la puerta, por casualidad. El tren se retrasó y llegó unos minutos tarde. Le pareció raro verla abrir la puerta, después de que él lo hubiera hecho durante cinco años. No pudo evitar mirarle esa cara que le había hecho hacer la locura de plantarse a la misma hora, esperarla, para poder verla. Sus ojos no brillaban como hacía tiempo. Tenía la mirada triste, sin luz. Algo le había pasado y entonces, le creció una intriga dentro de él. Tal vez, si le hubiera abierto él la puerta, al esbozarle una sonrisa de las suyas ella hubiera sonreído. Por su culpa aquella chica entró al trabajo con la mirada decaída… ¿Qué le habría pasado?
Tal vez era la época en la que se encontraban. Él también llegaba a su despacho cada mañana cabizbajo, agotado. No sabía qué le pasaba hasta que aquella mañana, al volver a ver a aquella preciosa mujer, en la puerta, el cosquilleo que unos meses atrás sintió, le volvió otra vez.
Al poco rato, de ir paseando por su despacho de arriba abajo, con un lápiz en la mano, pensado un poco de lo que le ocurrió aquella mañana al verla, un poco de la reunión con los clientes y mirando por la ventana, le vino una idea genial a la cabeza.
Se sentó corriendo en su mesa, abrió el portátil y empezó a teclear como un loco. Lo tenía claro. Cómo se le pudo haber pasado aquello…, tantos años…
No se dio cuenta de que Carol recogió y se marchó. Pasaron más de cinco horas hasta que apagó la luz de su despacho hasta el día siguiente.

1/2 kg de mejillones
1 mero a filetes (o cualquier otro pescado que se prefiera, a ser posible, merluza, lubina, rape...)
100 gr de gambas peladas (cuanto más pequeña mejor)
1 cebolla
1 diente de ajo
margarina + harina + leche (para la bechamel)
- Tres días antes de la celebración, compré los mejillones y las almejas. Al llegar a casa los limpié y los hice al vapor, en distintas ollas. Los puse en varios "tapper" y los introduje en el congelador una vez templados.
- La noche antes de la celebración, descongelé los mejillones y almejas, las gambitas peladas y el pescado y me puse a prepararlo todo.
- Cortamos la cebolla y el diente de ajo en trozos pequeños. Ponemos una sartén con un chorrito de aceite de oliva y la doramos. Incorporamos el pescado y lo sofreímos. A continuación añadimos las gambitas descongeladas. Pasado cinco minutos, los mejillones y almejas. Le damos varias vueltas.
- Cuando veamos que está casi listo, le añadimos los caldos de los mejillones y almejas, colado con ayuda de un colador. Una vez consumido el caldo, apartamos del fuego.
- Mientras, hacemos la bechamel. Ponemos un poco de mantequilla en una sartén limpia, cuando se derrita añadimos la harina. Con un par de cucharas soperas creo que tendremos suficiente. Cuando veamos que se ha impregnado bien del aceite, añadimos la leche poco a poco, removiendo bien hasta que espese. Cuidado que no queden grumos. Si está demasiado clara añadimos más harina, previamente desleida con más leche en un vaso. Si está espesa, añadimos más leche, poco a poco. Cuando esté en su punto añadimos un poco de nuez moscada y pimienta.
- Cuando ya hayamos terminado, añadimos la bechamel a la mezcla del pescado. Removemos bien.
- Como se supone que será para el día siguiente, lo introducimos en los "tupper" y una vez frío metemos en la nevera.
- Al día siguiene, sólo es rellenar las conchas, espolvorear con un poco de queso rallado o pan rallado y al horno. Calentaremos a 120 º calor arriba y abajo durante 10 minutos aproximadamente y luego gratinaremos un par de minutos. Cuidado que no se nos queme.
Y ya tenemos una conchas listas para poner como primer plato y que no nos ha creado ningún jaleo en la cocina el mismo día en cuestión.
La verdad es que los platos que se pueden preparar días antes se agradecen mucho.
Espero que os haya gustado.
Besos Helados
sra. Claus

- El hojaldre mejor fresco para esta ocasión, así subirá un poquito más. Lo cortamos en forma de rectángulo. Le recortamos los bordes y le los ponemos encima, a los lados. Pintamos con huevo batido para que se dore en el horno y en el recuadro del centro pincharemos con un tenedor para que no nos suba mucho. Para ello, también pondremos en el centro del hojaldre unos garbanzos crudos, para hacer peso. Pondremos en el horno calor arriba y abajo a 160 º hasta que lo veamos dorado. En los bordes si nos apetece podemos poner queso emmental, para que se funda. Es opcional.
- Una vez frío el hojaldre, untaremos una capa de queso a las finas hierbas. No abusemos pues se puede hacer pesado.
- Pondremos por encima una capa de salmón ahumado y adornaremos con el huevo ilado y las huevas de Lumpo.
- El sabor salado del salmón y queso de untar junto con las huevas y el contraste con el huevo hilado dulce, de seguro que os gustará.
Espero que os haya gustado. Ya queda menos..., qué nervios ¿verdad? Santa Claus ya está empaquetando los regalos... Aún estáis a tiempo de pedir un último deseo...


En más de una ocasión he tenido que consolar a Santa pues hay cosas que se le escapa de sus manos. Pero bueno, no nos pongamos melancólicos y vayamos al asunto.
Cuando puse este plato por vez primera en la mesa los invitados lo miraban entre curiosidad y sorpresa. Su sonrisa se dibujaba en los labios y luego venía con la pregunta… :”¿Qué hay dentro?” – “Averígualo tú…”
Se puede rellenar con muchos ingredientes, el que mejor nos guste, eso sí, hay que mezclar sabores, como dulce y salado.
En esta ocasión no seré mala y os contaré lo que lleva dentro. Tenía que haberle hechado la foto del después, con el corte, pero he de decir que en cuanto lo pongáis en la mesa desaparecerá, no tendréis tiempo de volver a por la cámara.
Ingredientes:
Lonchas de salmón ahumado grandes. Si no las encontráis de ese tamaño podéis usar dos.
Granos de granada
Avellanas tostadas troceadas
Picatostes con sabor a ajo
Unos tallos de cebollino, unos para cortar y otro para atar el saquito
Un chorrito de limón
Gulas para acompañar con Módena
Ajo en polvo
Tomate cherry para decorar
- Colocamos la loncha de salmón encima de un plato.
- En un bol, colocamos los granos de granada, las avellanas picadas, el cebollino picado, los picatostes con sabor a ajo, un chorrito de limón. Mezclamos bien.
- Rellenamos la loncha de salmón y atamos con cebollino. Si nos resulta complicado, podemos primero apuntarlo con palillos y luego atamos.
- Las gulas son para acompañar : Echar en una sartén un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté caliente doramos las gulas. Añadimos ajo en polvo. Le damos vueltas un par de minutos. Ponemos en el plato, cortamos más cebollino y lo adornamos con medio tomate cherry.
Besos helados
Sra. Claus
A decir verdad, ya sabemos que somos traviesillos, pero este bizcocho quedó de lo más rico y además no lleva huevos, lo único que se nos cayó los colorantes que andaban rodando por la cocina y nos salió este pastel, jejejejej es broma, lo hicimos a propósito para darle el color de la Navidad.
Ingredientes:- 7 tazas de leche (tazas de café)
- 5 tazas de azúcar (tazas de café)
- 4 tazas de aceite de girasol (tazas de café)
- 2 sobres de levadura química (32 gr.)
- 500 gr. de harina de trigo
- Escencia de vainilla
- 1 cucharita de canela
- Colorante rojo y verde
- Nutella
Preparación:
Precalentar el horno a 200ºC calor arriba-abajo. Se unta el molde de 25x30cm aproximadamente, con mantequilla y se espolvorea de harina, damos unos golpecitos al molde para quitar el exceso de harina y reservamos. Mezclar la harina con la levadura y reservamos.
En un bol iremos poniendo los ingredientes en el siguiente orden: leche, azúcar y aceite de girasol y vamos batiendo. A continuación añadimos la harina con la levadura que teniamos separada, batir bien para que queden todos los ingredientes bien integrados y no hayan grumos. Por último ponemos la escencia de vainilla y la canela.
Dividimos la masa en tres poniendo en moldes diferentes. A uno de los bol le poenmos la punta de un cuchillo de colorante rojo, al otro de colorante verte y el otro lo dejamos tal cual.Lo mezclamos bien hasta que queden disueltos los colores. Ponemos la mezcla de color rojo en el molde que habiamos reservado, luego el que no lleva colorante y por último el verde, con una aguja le damos toquecitos a la masa en zig-zag para que se mezclen y lo llevamos al horno que previamente teniamos calentado a 200ºC (calor arriba-abajo) durante 40 min. aproximadamente.
Una vez cocinado, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar en una rejilla. Lo untamos de nutella, lo espolvoreamos de virutas de chocolate y troceamos en pequeñas porciones.
Ahora lo podemos degustar para tomar el té o el café. He de decirles que al día siguiente este bizcocho tenía sus sabores más concentrados lo que lo hacía aún más delicioso.
Esta mañana el duendecillo se ha levantado muy temprano. Sabe que hoy es un día muy especial. A parte del sorteo, también hace tres añitos. Así que he pensado que qué mejor mano inocente.
Nada más levantarse me ha dicho que dónde está el gorro de Santa, que quiere sacar el papelito. Después de cantarle el cumpleaños feliz y de darle su regalito, le hemos tenido que dar el gorro porque lo pedía insistentemente.
Así que…, mejor verlo, paso a paso… Jijijijiji Yo ya sé quién es el afortunado/a



¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡EL 119!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y PERTENECE AAAA....................................
8 de diciembre de 2009 20:17

Madre mía... ¡Cuantos participantes! Yo no me esperaba tanta gente, tanto cariño, tanto amor en vuestros comentarios. Ha sido una sorpresa bastante grata para mí. La cajita irá a parar a una de vuestras casas, sólo a una. Me hubiera gustado repartir a más gente pero entenderéis que es imposible. El año pasado empecé este blog, bueno, el de Mis recetas navideñas 2008 ... Todo empezó como una anécdota. Cuando me despedía parecía como si la navidad siguiente fuera muy lejos y mirad ahora, han pasado 12 meses desde mi primera publicación y ya casi se termina... Pero bueno, vamos al asunto. Ahora publicaré los nombres de las personas que entran en el sorteo. Veréis vuestro nombre al lado de un número. Ese será el que introduciré en el gorro de Santa para que la mano inocente elija el papelito... Los números van en orden de recepción de comentarios. Cuando mañana digamos por fin quien ha salido ganador (Qué nervios), si no sé su correo electrónico, tendrá que ponerse en contacto conmigo en quecomemosennavidad09@gmail.com para que me de sus datos de envío... Si en un par de días no se pusiera en contacto, quedaría nulo y precederé a otro sorteo. Quisiera enviar el paquete cuanto antes, así no se alargará mucho e intentaremos de que llegue para antes del 24.
Pasamos a listar:
1 Anabel “Mi huertañico”
2 Dolorss “Blog de Cuina”
3 Mar “Vamos a CociMar”
4 Loli “Mandragora30”
5 Silvia “Mi dulce Tentación”
6 Penny “El Rincón de la Mariposa”
7 Paula “Con las Zarpas en la masa”
8 Curra “La cocina es imaginación”
9 Ivana “My Little Things”
10 Aandara “Recetas de Familia” , miami
11 Ana “Hadas en la Cocina”
12 Lilu “Entre cazos y delantales”
13 Wivith “cuchiflitos”
14 Sonia Herrero “ Chúpate los dedos con Sonia”
15 Lola “Un rincón para mis cositas”
16 Mi salero.com
17 Anabel “ Un poco de todo”
18 Rocío “Los fogones de Píu”
19 Anica “Anica en su cocina”
20 Rosa (ex anónimo, jijiji)
21 Mónica “¿Para quién cocino hoy?
22 María “El mundo de estrella”
23 Rebeca “Jugando a las cocinitas”
24 Eva “Pan y aceite en mi cocina”
25 Rosi “El sazón de mi cocina”
26 Teresa
27 Mari “recetario de Mari”
28 Ana María “cocinando entre olivos”
29 Kako “En guete!!!”
30 Crispy “patataaaa!”
31 Unodedos
32 Pilar
33 Luisi “Los fogones de Luisa”
34 María Jesús “Recetas con encanto”
35 susana “Mis cositas de cocina”
36 Omaira
37 Nancy “Las recetas de abunany”
38 Gloria “cuinant amb la Gloria”
39 Rocío “El arte de la repostería”
40 Pepita “cocina de ayer y de hoy”
41 Ambiguity – Artes decorativas
42 Storch – “La cocina de Storch”
43 M.Luz “Trasteando en mi cocina”
44 Pamen “Pamencocina”
45 Julycar
46 Chelo
47 Araceli “Mis ratitos de cocina”
48 Reme “cocina de Casa”
49 Amatxu
50 Marta
51 Mari Carmen “cocinando en mi casa”
52 Montse
53 Eva “El fogón de eva”
54 Martuki “La manzana roja”
55 Vicky Ortiz “Velocidad cuchara.com”
56 Pedro “En serio y en broma”
57 María José “Hecho en casa”
58 Ly “El olor del café”
59 Sin recetas de la abuela
60 Merche “A comer que ya es hora”
61 Kikanuka
62 Merchi “Con sabor a canela”
63 Tuntina
64 Nati “¿Qué cocinamos hoy?”
65 Maru
66 Pastel de Guayaba
67 Pikerita
68 Cristina “La cocina de Cristina”
69 Lian
70 Dely “Dely-cioso”
71 Elizabeth
72 Mamen “Las cosas de la mamma”
73 Prydwen
74 Vanesuky
75 Janina
76 Cristina – Maruja limón
77 Mago
78 Janil
79 Isa “El dulce que no nos falte”
80 Pasididžiuojanti Namų Šeimininkė
81 Olguis
82 cociña poética
83 Elixabet
84 Leila benammou
85 Hilda
86 María Elena “Dulce y algo salado”
87 Josefa “Labores de siempre”
88 Fargopatt
89 María y Noelia
90 Soledad
91 Karolina
92 Alicia
93 Marisabel “Bon Profit”
94 Lauriteles
95 Angeles casas
96 Chari
97 Llaesha
98 Núria “CocinArte”
99 Mila “La gata curiosa”
100 Núria “The kiwi kitchen”
101 Esther
102 Inma – Zaragoza
103 Sara “Dulce Sha-la”
104 Tartasacher “mil Postres”
105 Idalia
106 Jenny “De todo un poco”
107 Piru
108 Cristina “Caminito de la cocina”
109 Bertha “Tita, una brujita en la cocina”
110 Pilar “Cazuelicas”
111 Luisa “¿Qué se está cocinando?”
112 Mabel “La cocina de mami”
113 Natalia “duendes en mi cocina”
114 Inma “mis curiosidades”
115 Ana “5 sentidos en la cocina”
116 Cris “La casa de las tentaciones”
117 Bea la cocinillas
118 StHilari
119 Mar “Chocolate y algo más”
120 Marta “Pa de nous”
121 Sevimay
122 Marisita
123 Pilar “Cau de cuina”
124 Tejo
125 María Moré
126 Amaia
127 Maimonterola
128 Viaderoa
129 mapez19
130 Anuska
131 Angie “La cocina de Angie”
132 Laia
133 Anita cocinitas
134 Nieves
135 Su
136 Duendecilla
137 Rosa Mª
138 Elenna
139 Anna “La cocinika de Ana”
140 Carmeta
141 Adribel
142 Misborda2
143 Mini-Chefs
144 Ana Petit
145 Celia Muñoz
146 Vicenti
147 Isabel
148 Pilar “Y a la luna se le ve el ombligo”
149 Eva “El cullerot Festuc”
150 mamalá
151 Jorgelina
152 Pipi
153 Natalia Carlota Vallejos
154 Rosa María
155 Aisansal
156 María José
157 Lizi
158 Maribel
159 Lidysan
160 Eu
161 Estefaniafh
162 Celes
163 Yllel19
164 Monica y Sophie
165 Concha
166 Daphne
167 Lola
168 meshua
169 Wendina
170 Laura
171 D@isy
172 rskari
173 Diego Reyes
174 Begoña
175 Nina
176 Mabel20056
177 Eugenia
178 Esther
179 Ania
180 Saray
181 Yo de “Mis pekes y yo”
182 mary
183 Laura
184 Izas
185 Marta (Dutrey)
186 Belen “Entre platos”
187 Angel y Lidia
188 Elvira
189 Raquel
190 Nere
191 Sandra
Las personas que han firmado como anónimo y no han puesto su nombre, no entran en el sorteo. No he querido excluir a las que no tienen blog. En el caso de que una de esas personas sea la agraciada, no os preocupéis, pondré las fotos del interior del paquete, con el permiso del afortunado/a.
No sé si tendréis alguna duda. Si es así, ya conocéis mi correo electrónico o en esta entrada dejais un comentario.
Os deseo mucha suerte a todos... Deseo que al leer vuestro nombre mañana os haga tanta ilusión como a mi publicarlo.
Besos bien helados (cuidado el domingo..., bajan las temperaturas muuuuuuuuchooooo, jijijiji)
Sra. Claus
Para quitarles tiempo en la cocina podréis usar el hojaldre congelado que sea de su agrado y el relleno es dejar volar vuestra imaginación. Un poquito de aquí, otro poquito de allá, pero que no falte el langostino. Uno de los reyes de esta fiesta ¿no?
Cogemos un aro del diámetro que queramos este entrante y marcamos el hojaldre. Cortamos tres discos, pero a dos de ellos los dejamos en forma de anillo. El borde de la base lo humedecemos con un poco de agua, ponemos uno de los anillos encima y repetimos la operación para poner el último anillo. Pinchamos la base e introducimos en el horno a 180º por 15 minutos o hasta que quede dorado.
Para el relleno:
Necesitaremos piña en almíbar, manzana, sucedáneo de cangrejo, gambas peladas, langostinos.
Todos estos ingredientes se trocean finamente y se mezclan, menos los langostinos que los dejaremos para adorno.
Para la salsa rosa:
Necesitaremos mayonesa, tomate ketchup, una cucharada de zumo de naranja, unas gotitas de salsa perrins y una copa pequeña de coñac.
En un bol mezclamos la mayonesa con el tomate, cuando esté integrado le añadiremos el zumo de la naranja, la salsa perrins y el coñac.
Mezclamos los ingredientes anteriores con la salsa y lo introducimos en el hojaldre. Adornamos y servimos.
Más fácil......imposible y nos queda un entrante muy rico y adecuado a estas fechas.

Para las personas que han firmado como anónimos les pediría que pusieran su nombre si no, no podrán entrar en el sorteo. Recuerdo que el 11 cerramos listas, el 12 haré una entrada con las personas que participan, les asignaré un número pues me será más fácil a la hora de hacer las papeletas y luego el 13 la manita inocente sacará el número asociado a un ganador... ¿A ver quién será?, ¿A dónde irá a parar la cajita? Ese mismo día, cuando publique el ganador me tendrá que enviar sus datos por correo... Pero bueno, ya lo explicaré el día 12 en la entrada de la lista con los números...
Bueno, seguid disfrutando de estas fechas y sobre todo no os angustiéis con los regalos, la compra de la comida..., lo importante es pasarlo bien y no pasar un mal rato... (lo digo por experiencia, jijijiji)

Espero que os guste la receta pues es bastante sencilla y si queréis sorprender a los vuestros después de la comida, el postre y acompañando al café, es ideal para dicha ocasión.
Deseo que os guste:
Preparación:
- Fundimos el chocolate blanco al baño María. Dejamos enfriar cinco minutos y añadimos las galletas y el limón.
- Depositamos la mezcla en los moldes con ayuda de una manga pastelera (yo utilizo las bolsas pequeñas de congelar, meto la mezcla, le corto un poco en la punta y relleno) y dejamos enfriar del todo en la nevera, unas cuatro horas aproximadamente.
- Listo para servir.
¿Quien se puede resistir a un bombón, y más en forma de corazón?
Besos helados
Sra. Claus

He de decir que me he quedado muy sorprendida pues no esperaba tanta participación en el sorteo ya que este blog no es tan conocido. Agradezco a las personas que lo han publicitado pues así he podido conocer a mucha más gente.
Me siento feliz de leer todos vuestros comentarios e intentaré contestar a todos, pero el tiempo se me viene encima. Gracias por todo el cariño que estáis demostrando ante tal proyecto pues al ser un blog que apenas dura un par de meses está gustando a mucha gente. Estoy deseando que llegue ya el día del sorteo, jijijijiji Y mi mano inocente también, jijijijiji
Bueno, a lo que vamos… La receta:
- Pondremos el horno a 160º. Engrasaremos el molde, preferiblemente cuadrado, de unos 23 cm. Lo forraremos con papel vegetal para que no se nos pegue a la base.
- Colocaremos en un recipiente la mantequilla a cuadros junto al chocolate troceado, el azúcar, el agua (café, opcional). Lo derretimos al baño maría en un cazo lleno de agua. Mezclaremos hasta que quede una pasta fluida y sacaremos para que enfríe durante 15 minutos
- Una vez pasado el tiempo, tamizamos la harina junto a la levadura y el cacao. Mezclamos bien e introducimos los huevos batidos. Mezclamos.
- Introducimos en el molde e introduciremos en el horno previamente calentado entre hora y hora y media.
- Retiramos una vez hayamos comprobado con ayuda de un palillo que por el centro sale seco. Dejamos enfriar sin desmoldar. Luego, retiramos el molde y sobre rejilla dejamos enfriar del todo.
- Cuando se haya enfriado, espolvorear por encima bastante azúcar glas con ayuda de un colador pequeño. Cortaremos a cuadrados o como más nos guste.
La primera vez que la vio fue cuando se sentó en la mesa de recepción por vez primera. Javier iba a toda prisa pues tenía una reunión bastante importante. Siempre solía llegar a la misma hora pero ese día el tren se retrasó por una avería. Después de que le tocara el despertador su madre le avisó por dos veces, pero no le hizo caso. Se acostó bastante tarde para terminar de perfilar los informes de la reunión. Estaba a un paso del ascenso y no se la podía jugar.
Al abrirse las puertas del ascensor, al verla, todo lo que llevaba en su mente preparado se le olvidó. Ella estaba sentada, tocando varios botones de la centralita. Se colocó los cascos torpemente y eso le hizo esbozar una sonrisa a Javier. Ella miró para los lados, para ver si la habían visto, pero no vio a Javier parado a unos metros en frente de ella, observándola y admirando su larga cabellera negra, lisa y sedosa. No la pudo tocar pues jamás se le había aproximado, pero imaginó que debía de tener un dulce tacto. Agitó su cabeza como intentando quitar todo pensamiento de ella y se centró en su reunión.
Consiguió el ascenso por su buen trabajo y le pasaron a otro despacho. Estaba muy contento pues había conseguido un aumento de sueldo, pero lo que peor llevaba es que al hacerle el cambio de oficina ya no vería a aquella hermosa mujer que le había cautivado con sus gestos inocentes, su mirada cálida y sus pómulos sonrosados. Era toda dulzura, todo amor. Algo en ella le había calado bien hondo. ¿Ahora cómo haría para verla?, no conocía su nombre, jamás había hablado con ella… Así que a la mañana siguiente se dispuso a esperar en una esquina cerca de la puerta de entrada, a eso de las 07:30h para controlar su hora de llegada. Ese día llegó a las 08:00h, al día siguiente también y al tercer día, al ver que a las 07:58 venía cruzando la calle, decidió cruzarse en su camino. Ella le había adelantado unos segundos, pero aceleró el paso y de, aún no sabe de dónde, le salió una voz varonil que le dijo: “Permítame” Tragó saliva y no supo qué más decirle. Notó que a la chica le salieron los colores. Era tan bonita…
Eran los segundos más cortos de su vida. Al día era el único momento en que la veía. No había posibilidad de que se cruzaran más pues él estaba en una zona y ella en otra. Ni siquiera se subían en el mismo ascensor. ¿Cómo podía estar más de dos segundos con ella? ¿Qué le iba a comentar para romper el hielo? Su timidez le tenía paralizado. Cada día, cuando iba a trabajar en tren practicaba en su mente lo que le iba a decir, le invitaría a cenar… Pasaron cinco o seis años y tan sólo le abría la puerta todas las mañanas.
El día que le volvieron a ascender fue uno de los mejores momentos de su vida. A parte de otro considerable aumento de sueldo, iba a ir al despacho que estaba justo en frente de aquella chica… “¿Cómo se llamará?” Ni siquiera había tenido el valor de preguntarle su nombre. Parecía estúpido. Los fines de semana, cuando marchaba con los amigos al cine o a tomar una cerveza el reloj de su muñeca parecía que no funcionaba. Ansiaba verla, necesitaba para afrontar el día y llegar a la noche oler su perfume recién puesto cada mañana. Su cabellera casi le rozaba el pecho cada día y en cinco años o seis aún no la había tocado. Era una situación estúpida. Una chica de esas características seguro que tenía novio o estaría casada, con algún hijo y feliz, muy feliz. Viviría en una casa a las afueras con jardín y seguro que tendría hasta un perro. Su vida, la de ella, seguro que era mejor que la que él tenía. Era absurdo que aún, después de tantos años no supiera ni cómo se llamaba la princesa de sus sueños. Jamás reuniría el valor suficiente como para pedirle una cita, ni tan sólo, para pedirle la hora.
“Decidido, Javier, no sirves para las relaciones humanas. Es perder el tiempo. Esa chica ni siquiera te mira como tú la miras a ella, ni siquiera coincides ya en la puerta. Será mejor dejar de verla.”

Ayer nos hemos ido al mercado y nos hemos paseado por todos los locales. Nos costó un poco decidirnos pero, pensandolo bien nos decidimos por un plato de pescado para empezar.
He de reconocer que en la cocina somos un poco traviesos, todos queremos meter las manos y aportar nuestro granito de arena pero el resultado que pudimos obtener nos agradó mucho.

Ingredientes:
- Lenguado que hemos limpiado y cortado en filetes finos
- Langostinos
- aceite y sal.
Para la salsa:
- 200 ml. jugo de naranja
- pimienta blanca y sal
- fumet de pescado (lo podemos hacer con las sobras del lenguado)
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 puerro
- 1 cebolla
- 2 ajos
- 50 ml de nata
- 1 cucharada de harina.
Preparación:
Para la salsa:
En una olla ponemos la mantequilla, con toda la verdura cortada en julianan hasta que esté bien pochado. Se le añade la harina y mezclamos bien. Le vamos echando el fumet de pescado al gusto y luego el jugo de naranja. Se deja que la salsa lige. Añadimos un poco la nata y dejamos al fuego, removiendo continuamente hasta que espese. Condimentamos con sal y pimienta. Lo trituramos y reservamos.
Al lenguado ya limpio y en filetes, le colocamos un langostino y enrollamos (debemos tener en cuenta que debe quedar hacia dentro la zona dónde estaba la piel), lo trabamos con un palillo. Lo colocamos en una bandeja de horno y rociamos con un poco de aceite de oliva y sal. Lo llevamos al horno precalentado a 200º entre 10 o 15 minutos.
A qué está muy bien el plato eh??? nos hemos esmerado no?? pues espero que les haya gustado.

Este, en nuestro segundo año de mis recetas navideñas, me complace informaros de que nos gustaría haceros un presente. Como no es posible para todo el mundo que nos visita, haremos un sorteo. Así que todas aquellas personas que deseen que la Sra. Claus les envíe un detalle y así poder tener un recuerdo de estos días tan maravillosos que pasamos juntos, que haga un comentario en esta entrada. La fecha límite he puesto el día 11 de diciembre de 2009. Así nos dará tiempo de poder correr la voz para que se apunte el mayor nombre de personas posibles. Me gustaría, si fuera posible, que hicierais una entrada, si os apetece, donde explicarais dicho sorteo. El resultado saldrá el próximo 13 de diciembre el día de Santa Lucía, una fecha bastante emotiva para mi y será escogido por una mano inocente. Sé que circulan por ahí programas donde dicen un número al azar, pero me gustaría que uno de mis duendecillos eligiera pues qué mejor inocencia… Así que, si os apetece participar, ya sabéis qué debéis de hacer.
Es un detalle que quisiera tener con vosotros, no es nada en particular, para como he comentado antes, la persona afortunada pueda tener un recuerdo.
Así que, ¿a qué esperáis?
Besos helados
Sra. Claus

He tenido que anular la entrada y copiarla de nuevo, por ello los comentarios los he copiado y pegado en esta entrada. No he sabido hacerlo mejor, es que yo y las tecnologías aún no nos hemos entendido… Lo dicho, disculpen las molestias y por favor, pueden mirar más abajo dos entradas efectuadas recientemente…
Hasta pronto…
MJ

Ingredientes:
- Salmón
- sal y pimienta
- Eneldo
- una copita de vino blanco
- aceite para untar la placa
Para las patatas panaderas:
- Patatas
- cebollas
- bacon
- mantequilla
- sal y pimienta
- vino blanco
- pimiento rojo y verde
- ajos - orégano y laurel (opcional)
Para la salsa holandesa:
- 3 yemas de huevo
- 375 gr. de mantequilla
- limón o vinagre.
Preparación:
Al día siguiente lo mismo, y al otro, al otro… Al llegar el fin de semana deseaba que el reloj diera las vueltas suficientes para que llegara el lunes… Y así un año, dos años, tres años… Nunca tuvo una conversación más allá del tiempo, hora “¡Hemos llegado por los pelos hoy!” Jamás dentro de la oficina se dirigió a su despacho, ¿Con qué excusa? No pertenecía a su departamento, ¿por qué su camino rutinario de la mesa de recepción a la fotocopiadora y de ahí de vuelta a su mesa tenía que desviarse hacia la puerta de enfrente?. Eran tan sólo veinte pasos, pero con qué motivo podía picarle a la puerta. Qué le diría cuando él la abriera y le preguntara ¿qué se le había perdido por ahí?
Javier era un chico atractivo, poco más mayor que ella, típico ejecutivo el cual admiraba la fama y el subir de escalafón. Seguro que tenía sus metas ya previstas. Dos ascensos en menos de tres años había presenciado Carol. Y justo el último le posicionó en frente de su mesa, justo a unos veinte pasos más allá. Ella agradecía que en los dos o tres años siguientes siguiera ahí, ocupando el mismo puesto. Pero seguro que él se maldecía siempre al llegar a su moderno loft del centro por no haber conseguido otro reto. Seguramente el fin de semana saliera con sus colegas de siempre y se ligara a una aspirante a modelo…, o ¿por qué no? A una guapa modelo y se la llevara de fin de semana a algún lugar de Europa. ¿Por qué le iba ella a picar a la puerta? Apenas en esos cinco años había hecho amistad con nadie. Sospechaba que los que la saludaban era porque al entrar a los despachos era la primera persona que se veía.
Entonces bajaba el puño en alto a dos milímetros de la puerta del despacho de Javier, echaba un paso atrás y se volvía a su mesa, detrás de su monitor de diecinueve pulgadas.
Ahí se quedaba ella, sumergida en cuatro papeles sin apenas importancia y pensando que aquel chico jamás se fijaría en ella… Tal vez debería de dejar de pensar en él y lo mejor que podría hacer es coger otra vez el autobús veinte minutos antes… Sí, eso sería lo mejor…


Menos mal que me ayudan en la cocina porque entre tanto dulce, hojaldritos y demás no sé si podré llegar a tanto.
He pensado en añadir una receta de carne. En este caso de pollo. Es muy sencillo de preparar, tiene bastantes ingredientes la salsa, el cual mejor. La combinación es perfecta para este tipo de ave. Es una mezcla de salsa fina con “tropezones” que al masticarlos el contraste de sabores es especial.
Puede ser un plato estrella estas navidades en vuestros hogares. Lo mejor es que se puede hacer el día anterior, tarde-noche y dejar en nevera hasta el momento de servir al día siguiente.
Pasaré a detallar los ingredientes y cómo se elabora tal rico manjar:
Ingredientes:
1 Pollo
1 vaso de aceite (de los de agua)
1 vaso de vino blanco (de los pequeños de vino)
1 cebolla mediana (aproximadamente 70 gr.)
4 dientes de ajo
1 ramita de perejil
2 cucharadas soperas de piñones
15 almendras tostadas y peladas
2 huevos duros
1 hoja de laurel
Unas hebras de azafrán
Harina
Agua
Sal
Preparación:
- Colocamos el aceite en una sartén. Cortamos el pollo en trozos no muy grandes y lo rebozamos en harina. Freír y reservar en un plato una vez dorado.
- En el mismo aceite rehogaremos la cebolla muy picada junto a los ajos pelados y enteros y la hoja de laurel. Cuando esté todo bien dorado se le añade los piñones y se les da unas vueltas. Los sacaremos con ayuda de una espumadera y lo introduciremos en un mortero o batidora (mortero mejor pues los trozos quedan más grandes. En la batidora no triturar mucho, más bien a mínima potencia) añadiendo el azafrán, perejil, almendras y sal.
- Pasamos el pollo a una cacerola, lo rociaremos con aceite, le añadiremos el vino blanco, lo picado y le echaremos agua suficiente, que cubra para que cueza a fuego lento (echar dos vasos de agua. Más vale quedar cortos que no abusar pues nos quedaría muy clarito, ¡pero cuidado!, hay que vigilar mucho pues se nos puede quemar la salsa y tampoco queremos eso, ¿verdad?
- Cuando ya esté la salsa espesa, cogemos un poquito de esta y la ponemos en un plato junto a las yemas de huevo. Con un tenedor aplastamos y lo juntamos con el pollo. Las claras a trozos no muy grandes los cortamos y también lo echamos a la cazuela. Dejamos calentar un rato, sin que llegue a hervir y ya tenemos un rico pollo a la pepitoria
Se puede acompañar con arroz blanco, o rebanadas de pan frito.
Espero que os haya gustado la receta. Si lo hacéis ya me contaréis…
Besos
Sra. Claus

Aquí vamos con otra receta. Esta sí que es de lo más sencillo y más fácil puede llegar a ser. Como veréis en las fotografías, no he podido evitar el poner unas cuantas peladillas de las que Mónica nos ha regalado en el AIG2009 … Era imposible resistirse.
Este plato es muy rápido de preparar y viene bien cuando hay mucha gente a comer o cuando una se quiere esmerar más en los dos platos, para poder tener tiempo de todo.
Yo lo he preparado el día anterior, lo he hecho yo, pero en los supermercados venden unas ensaladas ya listas sólo para rellenar los hojaldres. Estos pastelitos los he comprado hechos, pero vosotros mismos con una placa de hojaldre podéis hacer con un corta - pastas las formas que más deseéis. Os aconsejo las placas de hojaldre frescas. Hay una gran variedad en el mercado, pero tengo predilección por un par de marcas. Si tenéis alguna pregunta me mandáis un correo.
Paso a detallar:
Ingredientes
Varitas de cangrejo
Piña en su jugo
Huevo duro
Salsa Rosa (esta sí que la he comprado ya hecha)
Sal (no hace falta pues si compráis la salsa hecha ya viene en su punto)
Huevas de lumpo para decorar (si tenéis caviar del bueno…, mucho mejor, pero con este se queda también muy bien)
Hojaldres ya elaborados o como os indico al principio (Esta segunda opción sale más económico)
Preparación
Se mezclan todos los ingredientes. La cantidad depende de vosotros. Los haremos en trozos no muy pequeños, para encontrar bien los tropezones.
Se rellenan los hojaldres y se coloca un poco de huevas encima.
Listo para comer… y rápido, rápido, rápido… Cierto és que si lo compráis ya hecho es más fácil, pero así también os sale más económico, echo por uno mismo.
Un beso bien fuerte
Sra. Claus

Sonia, mientras veía a su único hijo preparar la maleta, ya se imaginó cómo sería el resto de su vida. Encontraría a una chica americana de su agrado, la cual ella considerará como su propia hija, se irán a vivir juntos y al cabo de un par de años tendrían hijos, los cuales ella apenas vería. Su corazón cada vez se encogía más y más, pero no podía derramar ni una lágrima. Su hijo había conseguido aquello que muchos no habían llegado. Era uno de los mejores, y tenía que aprovechar su potencial.
No recordaba haberlo visto tan entusiasmado, con tantas ganas de vivir, luchar, aprender, ni con aquella bicicleta que le regalaron a los cinco años. Sus ojos brillaban de tal manera que contagiaba de alegría a cualquier persona que anduviera cerca de él, menos a su madre.
Por las noches Sonia se encerraba en su cocina, con la excusa de preparar la comida del día siguiente, y entre cazos y sartenes sus ojos se humedecían… “Es que he pelado cebollas” mentía a la única persona que sabía que era imposible ocultar nada, a esa persona que también el estómago le producía cosquilleo cada vez que sonaba el teléfono de casa y al otro lado del auricular Carlos le decía “Hola papa, ¿cómo estás?”
“Es un niño”… Ya había pasado un par de semanas desde la partida de Carlos y eran vísperas a la navidad. Sonia ojeaba sentada a los pies de la cama de su hijo un antiguo álbum de fotografías. No iba a ir a comer con su hermana como cada año, no se sentía con fuerzas. Era la primera vez que pasaba ese día sin la compañía de su hijo. Al rebuscar entre los cajones y el armario Sonia encontró aquel libro recordatorio. Eran sus primeras fotografías y no sabía cómo había ido a parar a esa habitación. Sus tapas estaban forradas en piel. Eran las primeras instantáneas de su hijo, debía de tenerlas guardadas en un lugar que durara para muchos años, envuelto en el mejor papel y con los mejores adornos. A parte de las imágenes podía tocar ciertos objetos y detalles de la infancia de su bebé. La cajita donde había habido peladillas un día para el bautizo, el nombre y la fecha. Le vino a la mente aquella emoción de cuando entró a la tienda y eligió aquel en cuestión. El dibujo de aquel angelito le recordaba a la cara de Carlos. Fue pasando las hojas una a una a medida que su garganta no dejaba pasar la saliva. Carraspeaba a cada movimiento de mano y a cada fotografía le dedicaba un par de minutos. Cuando llegó a la mitad del libro recordó que no estaba del todo completo. Cuando Carlos cumplió los tres años Sonia empezó a trabajar. Necesitaban dar un empuje a la economía familiar y esa era la mejor forma. Así que entre el trabajo de casa, el de fuera de ella y los fines de semana con la familia, los días le pasaban tan deprisa que dejó olvidado aquel álbum.
Creyó recordar que ya no había más fotos cuando llegó a una donde Carlos posaba disfrazado de vaquero. Pero cual fue su sorpresa que detrás habían más hojas con fotografías, y más y más hojas… Entendió por qué Carlos lo tenía en su habitación. Un día se lo encontraría medio olvidado y decidió completarlo… De las de bebé, pasó a las del colegio, el instituto y luego la universidad. Enganchó entradas de cine, de su primer concierto, unas notas manuscritas con corazones que decidió no leer, un trozo de la corbata de novio de su mejor amigo. Carlos siguió lo que su madre había dejado. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo cuando en la última hoja se sujetaba con cinta adhesiva una fotografía en la que estaban ella y Carlos, no de hacía mucho. Era la única fotografía de la hoja y al lado, en rotulador plateado, un pequeño escrito :
“Gracias mama por ser como eres, por haberme dado todo tu cariño, por haber hecho que en todas estas fotografías salga con una sonrisa en los labios. Gracias por estar ahí en todo momento, gracias por haberme llevado por el buen camino… Te debo tanto, tanto, que jamás sabré cómo recompensar todo ese amor y dedicación que me has tenido”
Sonia no podía dejar de llorar, llorar y llorar. Sonó el teléfono y Sebastián le pasó el auricular. Era Carlos y ella no podía dejar de llorar.
“¿Lo has encontrado? Era una sorpresa que te tenía para Navidad. En fin…, pues nada…, quería acompañarlo con un bonito papel de regalo y con un abrazo…”
- No te preocupes hijo…, así ya me ha valido… Lo único que echo de menos es ese abrazo.
- “Pues no te preocupes… ¿No estamos en fechas navideñas?... “ – Sonia no entendía… Sólo podía asentir con la cabeza… - “¿Y no dicen que en esos días ocurren cosas mágicas?” – Sonia asentía…. “Pues mama…, asómate a la ventana” – Saltó por encima del sofá y se dirigió hacia donde le indicó su hijo. El corazón le latía cada vez más deprisa… ¿Era lo que se imaginaba?... Detrás de aquellos cristales transparentes pudo ver a su hijo sonriendo, con una mano saludando y con la otra colgando… Aquella fue su mejor navidad…

Ya es hora de que vayamos calentado los fogones. Apenas quedan treinta días y aún no se ha publicado ninguna receta. Pero bueno, poco a poco ¿Verdad?
Empezamos el año con unas típicas galletas de mantequilla. Los duendecillos al olor del horno se vuelven locos. Las del año pasado eran parecidas a estas, lo único que puede variar es que les he añadido avellana tostada. El sabor es muy agradable. La mezcla de la mantequilla con el fruto seco deja buen sabor de boca y un agradable perfume en la casa. Para esta ocasión prefiero utilizar una buena mantequilla, he visto con el paso de los años que una buena marca es fundamental para tener éxito asegurado.
Como veréis, Santa no ha podido esperar y ya ha querido posar en la fotografía para daros la bienvenida. Es que en el fondo es como un niño.
Creo que este año he empezado más tarde con el blog. No sé si será porque me estoy haciendo muy mayor o qué, pero cada vez los días me pasan más deprisa. La semana pasada marché al centro comercial para comprar estos ingredientes. Al ver las luces me dije que cada año las ponían más temprano pero al llegar a casa y mirar el arbolito que tenemos en el blog a mano derecha, y ver que apenas faltaba un mes, me entraron unos nervios en el estómago y pensé que no llegaría a hacer todo lo que me había propuesto.
Como el año anterior, quisiera hacer varios platos variados, pero no sé si tendré tiempo pues a Santa, tan mayor el pobre, se le hace pesado el trabajo de empaquetar regalos. Este año le he visto un poco más triste. Aunque no nos veáis durante los 11 meses siguientes, nosotros observamos detenidamente a las personas…, sí, a ti, a ti y a ti también… Este año hay mucho desánimo y a Santa le entristece bastante.
Os diré un secreto… Pero no lo contéis a nadie… Este año, en cada paquetito que recibáis, además de el detalle, Santa incluye mucha esperanza, ánimo y buenos deseos para el próximo año. Espero que os llegue a todo el mundo pues sería algo maravilloso…
Venga, pasemos a los ingredientes y la receta que siempre me pongo a hablar.
- Cortamos la mantequilla a dados y mezclamos con las avellanas tostadas previamentes pasadas por la picadora, para conseguir una textura molida. No hace falta esmerarse mucho, tan sólo para que no nos moleste a la hora de amasar y mezclar los ingredientes.
- Cuando la mantequilla esté derretida e incorporadas las avellanas tostadas, se va añadiendo el resto de ingredientes. La harina tamizada, el azúcar glas y la yema de huevo.
- Se mezcla todo muy bien, en un recipiente, con la mano. Hemos de estar un tiempo hasta que veamos que se forma una masa homogénea. Se nos desmenuzará muy a menudo, pero no os preocupéis.
- Hacemos una bola y la envolvemos en papel film. Lo metemos en el frigorífico una media hora, para que endurezca un poco y así poder amasar con el rodillo facilmente.
- Una vez pasado el tiempo, ponemos a precalentar el horno a 160 grados
- Amasamos bien. Ponemos un papel de horno en la mesa de trabajo, otro encima y con el rodillo amasamos. Una vez hayamos extendido más o menos bien la masa, retiramos el papel de encima y lo colocamos en la bandeja del horno. Lo aprovecharemos para hornear.
- Seguimos amasando ya sin el papel de arriba hasta conseguir un grosor de más o menos un centímetro. Así nos quedará más tierna. Contra más fina la hagamos más tostada quedará y más dura.
- Hacemos las formas que deseemos con ayuda de un cortapastas o si no tenemos, con tacitas de café. El tamaño es el que queramos. Para esta cantidad y esos cortapastas me salieron unas diez galletas. Más de un duendecillo se quedó sin probarlo, pero ya les haré otras pocas para este próximo fin de semana.
- Las colocamos con mucho cuidado sobre la bandeja del horno con el papel ya que se pueden romper.
- Las horneamos unos 15 o 20 minutos. Vigilad que no se tuesten. Tan sólo un ligero color dorado.
- Luego podemos adornar como queramos. La glasa no le pega ya que ablanda la masa. Mejor chocolate del que se derrite y azúcar glas por encima, o cacao... A gustos.
Espero que os haya gustado esta primera receta
Nos vemos pronto. Besitos para todos
Sra. Claus